lunes, 13 de julio de 2015

Sueños alborotados


Sueños crecientes, como una luna nueva que evoca desde el horizonte un nuevo amanecer.
Que se elevan floreciendo intensos entre la maleza de un mundo tan ocupado de si mismo que no deja observar el verdadero ser de cada uno.

Sueños que te obligan a mantenerte despierto, mas allá de la ironía de la propia palabra, redundante en su momento, en su tonada, en su sinfonía, pues necesitas los ojos bien abiertos para no ser devorado por el monstruo de los mil ojos, de la desgana tardía.

Sueños que te consumen en la noche a pesar de no poder recordarlos en la mañana, pero están ahí, presentes en tu sistema, dejando pequeños rastros que minan tu sistema nervioso, tanto que al final hasta quema.

Sueños de mundos eternos, de sonrisas perennes y de almas imperecederas, y no, no hablo del cielo, pues no me hace falta subir al cielo para estar en paz, solo necesito ver tus ojos, para calmar mis siete vidas y hallar la felicidad.

Sueños debajo de un cielo aterciopelado y decorado con millones de estrellas tejidas con cuidadoso detalle, lluvias de estrellas fugaces provenientes de tu pecho, sinfonías armónicas procedentes de tu boca. Susurros acaramelados endulzados en las palabras con las que regalas mis oidos.

Sueños descompuestos, hechos a trozos como un puzzle a medio hacer, como un intento de escultura de naipes que se derrumba ante el pulso descontrolado de un viejo senil, como arena entre mis dedos que se desmorona a pesar de los miles de esfuerzos por mantenerla en mi palma.

Sueños de una playa eterna, sin fin, donde solo el mar me acompaña, donde solo la luna es testigo de mis desvelos, donde la soledad me consume y el frío me hiela, la sal agrieta mis heridas y mi sangre y mi ser se convierten en piedra...

Y entonces apareciste tu, para iluminar mis sueños como mil ardientes soles, como ángeles alados, aunque prefiera valkyrias, como un ave que vuela por primera vez, como un niño que ríe, con la inocencia mas pura, con la belleza mas eterna.

Sueños de lucha y sacrificio, pero inundados de la esperanza eterna, bajo el manto de tus brazos, de tus sonrisas, de tu inamovible espíritu de superación del que me has inundado. Y sobre todo... sueños de amor, de puro amor, el que me procesas, el que me regalas, el que reinventamos cada día para verte aun mas bella, y con mas ganas de compartir mi vida a tu lado... Y eso, eso no es ningún sueño.

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