En este mundo loco, no hay lugar alguno que quisiera estar, que no fuera a tu lado.
Mi casa es allí donde pueda cobijarte bajo mis brazos.
Mi cama es el lecho en el que pueda abrazarte, tomarte presa entre mis manos.
Deslizar tu cabello entre mis dedos y entretejerlos con cuidado.
En este mundo loco, demente, senil, el cual parece que por momentos
se desespereza y se pone a contorsionar sin ton ni son,
tu eres la vara de medir que me mantiene en la cordura,
eres la estrella blanca que marca mi andar constante en el tiempo.
En este mundo, miro al cielo lleno de ilusiones
pues me recuerdan que aunque estemos separados compartimos el mismo cielo,
el cual miramos a la vez, y me hacen recordar que las distancias son apenas números,
que son consumidos por los besos y el amor imperecedero.
En este mundo de cambios, tu eres la boya en la que me sostengo cuando el mar esta bravío,
cuando sus olas incesantes me golpean sin cesar por los cuatros costados y me carcomen los huesos, en esos momentos tu amor es la fuerza que me ayuda a mantenerme a flote y nadar a la salvación.
En este mundo gélido de sensaciones
tu eres el fuego eterno que da calor a mi alma, que enerva a mi espíritu.
Eres la llama que habita dentro de mi corazón y lo hace latir.
Eres la luz de la esperanza que da cobijo a mis ilusiones.
En este mundo a tonos grises, a sonidos metálicos y sentimientos plastificados,
tu eres la paleta de colores que ilumina mi vida, eres la pureza en los sonidos,
como un pajarillo en una rama cantando en un amanecer azul.
Eres la suavidad eterna del cosquilleo de mis dedos al sentir tu piel.
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