Día lluvioso, de esos que te dan pereza levantarse, de esos que nada mas abrir los ojos y afinar tus oídos sabes que va a ser complicado, cuando comienzas a escuchar el ruido de las gotas picando contra el cristal de la ventana. Y ves que impera de mas la oscuridad.
Y es que, al menos yo los días de lluvia hecho muchisimo en falta el sol, el calor que proporciona, y mas que el calor, es esa sensacion de "confort" que siento cuando el día es soleado.
Hoy no se escucha a mi Sakura en el jardín maullando, resguardada tratando de no mojarse, hoy todo esta en silencio, solo se oyen los traqueteos continuados del agua al caer, salpimentados con un par de truenos revoltosos.
Los días de lluvia la bici la dejo en casa y me toca moverme andando,aun así no puedo evitar que se me mojen los pies a calar el agua por los zapatos. Y eso que aquí en esta zona las lluvias no tienden a ser demasidos intensas, sin embargo mires a donde mires todo esta encharcado. El día que diga de llover de verdad.
Los días lluviosos tienen ese tono artificial, ese sabor a plástico mojado cuando andas, cuando hablas, cuando aferras con ganas el paraguas para que no salga volando cuando una ráfaga de viento traicionera tan típicas de aquí se la lleve.
El mar esta aun mas "verde" su olor es todavía mas intenso, ese olor a sal y a brisa mojada se intensifica en el ambiente, creo que si dijera de acercarme a la orilla se me empaparía la cara y no precisamente por el agua de la lluvia.
La lluvia invita al café caliente, a sofá con mantas, a peli de media tarde, invita a ti, a tus brazos, a calentarme con tu cuerpo lo que el sol no me ha dado en todo el día. La lluvia invita a besos, uno por cada gota que cae del cielo.
Hoy ha sido un día lluvioso, en el que te he echado de menos.
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